Mientras que en las etapas en las que se puso el foco en lo productivo, se creó empleo, cuando se potenció un esquema de valorización financiera se destruyeron puestos de trabajo.
Entre agosto de 2022 y agosto de 2023, se produjo un fenómeno muy particular: un crecimiento del empleo a la par de un amesetamiento de la actividad (que se retrajo 1,1% pero se generaron 200 mil puestos de trabajo registrado privado).
A partir de septiembre 2023, la evolución de ambas variables se alinea y comienzan a ir en el mismo sentido.
En febrero de 2024, la caída de los puestos de trabajo va en consonancia con un desplome de la actividad económica de 3,2% interanual.
Hacia adelante, los indicadores tempranos de actividad económica de marzo, que muestran caídas de dos dígitos interanuales, permiten estimar que el empleo va a continuar esta trayectoria a la baja.
En la composición del empleo privado registrado en la Argentina, la construcción abarca en febrero de 2024 un 6,2% de los puestos de trabajo, siendo que la principal actividad económica en materia de empleo en el sector privado es el comercio, que reúne al 19,5% del total.
La distribución de los puestos por sector es relevante en el marco de la discusión en el Congreso de la Nación de un Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI).
Dicho régimen apunta a atraer inversiones que activen determinados sectores de actividad: el agro, la minería y los hidrocarburos.
La incidencia que tienen sobre el total del empleo registrado es más bien marginal: constituyen sólo un 6,5% del total.
Advierte CEPA que este régimen pondría en jaque a la industria manufacturera, que genera el 18,8% del total de los puestos de trabajo, constituyendo la segunda actividad económica más importante en materia de empleo.
En los últimos tres meses, este sector ha perdido 5.520 puestos, una retracción de 0,5%.
ED