La desaceleración del consumo y el avance de las importaciones están generando un impacto profundo en la industria nacional. En este contexto, una de las marcas más emblemáticas del sector metalúrgico —conocida por sus “ollas indestructibles”— tomó una decisión que encendió las alarmas gremiales: Essen despidió a 30 trabajadores de su planta ubicada en Santa Fe.
De acuerdo con información de la Agencia Noticias Argentinas, la compañía inició un proceso de reemplazo parcial de su producción local por artículos terminados importados. Este cambio en la estructura productiva derivó en una reducción del 10% de su plantilla.