Tal como había previsto el mercado y las principales consultoras, no logró perforar el 2%; el año podría terminar con la cifra más baja desde 2017.

En el mes posterior a las elecciones legislativas, de la que el Gobierno salió victorioso, y ya con un mercado cambiario tranquilizado, la inflación mantuvo en noviembre un nivel similar al de octubre y cerró en 2,5%. La cifra se ubicó por encima del nivel que preveían la mayoría de los analistas, que habían pronosticado que no perforaría el 2%.
La suba de precios acumuló 27,9% en lo que va del año y fue de 31,4% en los últimos 12 meses, según informó este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). La inflación núcleo, que no contempla subas estacionales ni de servicios regulados, mostró un avance de 2,6% –había sido de 2,2% en octubre–.
El alza de los precios estuvo también en torno a lo esperado por los analistas. El Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) –que elabora el Banco Central (BCRA) entre consultoras, bancos y otros actores del sector privado–, había arrojado que el mercado no esperaba que la inflación perforara en los últimos meses del año el piso del 2% mensual, el nivel en el que está desde septiembre. De hecho, pronosticó un IPC 2,3% en noviembre.
En la Ciudad de Buenos Aires, en tanto, la inflación de noviembre ya anticipaba, en cierto modo, que la cifra nacional se ubicaría por encima del 2%. Según informó este miércoles el instituto estadístico porteño, su índice marcó 2,4%, levemente por encima del 2,2% de octubre y noviembre, y por encima de agosto (1,6%).
El dato del Indec se conoce en un contexto de calma para la economía, luego del triunfo oficialista en las elecciones legislativas y de un mercado cambiario que se estabilizó luego de que el Gobierno saliera robustecido tras esa victoria. A eso, hay que sumarle una baja considerable del riesgo país y un rebote importante de las acciones de empresas locales.
En una mirada más amplia, la encuesta del BCRA entre los agentes privados del mercado arrojó como resultado que la inflación cerrará el presente año apenas por arriba del 30: concretamente, la estima en 30,4% (en la anterior encuesta había pronosticado una cifra entre el 29,9 y 29,6%).
De cumplirse este pronóstico, compartido por la mayoría de las consultoras privadas –tal como surge de una nota publicada por LA NACION hace dos semanas–, se trataría de la inflación anual más baja desde 2017, año en que el IPC arrojó un 24,8%.
Según coincidieron en esa oportunidad, la principal dificultad que veían para que se lograra perforar el 2% mensual, era el fuerte incremento del rubro alimentos –particularmente la carne– y los ajustes aplicados en precios regulados, como las tarifas de gas, electricidad y transporte.
Aun así, estos analistas habían anticipado que el dato resultaría positivo y que el desafío, de ahí en más, sería sostener la trayectoria descendente en 2026 para cerrar ese año con una inflación inferior al 20%.
Más allá de este avance en la reducción de la inflación, esta variable empezó a pesar menos en el discurso oficial porque hace meses que las encuestas de opinión registran que otras preocupaciones son más importantes para los argentinos. Si bien la baja de inflación es la política oficial más reconocida por los consultados, una encuesta del mes pasado realizado por Casa Tres, que dirige Mora Jozami, puso al tope del ranking de preocupaciones a la “economía en general” (16%). Luego, aparecen la “corrupción” (15%) y más atrás los “bajos salarios” (11%).
Por Carlos Manzoni
diario La Nación