Por Miguel H. Galarza - La historia vuelve a repetirse. Han transcurrido apenas dos años y ya nos encontramos de vuelta con la misma disyuntiva. Recordemos que esa segunda vuelta entre Javier Milei y Sergio Massa se vivió como la lucha “a todo o nada” entre dos modelos. Buenos y malos. Ese momento histórico, fue, para muchos un sano deseo que fuera una bisagra que diera vuelta una página seudo progresista, grotesca y de una corrupción nunca vista. De hecho, así lo sintió (y sentimos) la mayoría. Muchos también (entre los que me incluyo) estábamos convencidos de las bondades de la receta, aunque nos daba incertidumbre el profesional actuante. Me reservo mi opinión por estrictos motivos de la veda electoral.
Ahora bien, este próximo domingo 26, esta vez ya en una elección legislativa de medio término, estamos de vuelta en el mismo “baile” del todo o nada. Peor quizás. Nos están llevando a la misma situación. Nada creativo por estos lares por supuesto.
El miedo (al otro) suele ser el insumo básico y determinante de la clase gobernante que tiene poco y bueno que mostrar como gestión. Peor aún. Este latiguillo se traslada e instala rápidamente entre los fanáticos en su afán de pretender poner en evidencia al que plantea alguna duda, objeción o alguna simple crítica hacia algún acto de gobierno. Me pasa en mi circulo áulico (lamentablemente) con mucha frecuencia. Lo que ocasiona que en el afán de mantener la cordialidad nos autocensuramos. Y honestamente es muy tedioso y agota la paciencia.
Además, tener que explicar a algún que otro despistado que no me conoce lo suficiente, que yo sí puedo ameritar desde hace muchísimo tiempo una mentalidad económica claramente liberal. LIBERAL, digo bien y lo subrayo con mayúsculas. NO conservador. NO faccioso. NO de ultraderecha ¿Se entiende no??
Y vaya solo un par de ejemplos que los advenedizos “libertarios” de la nueva ola no debieran soslayar. La hemeroteca juega a mi favor, felizmente.
En este diario he realizado hace años escritos donde planteaba mi enérgica postura en contra de los subsidios a la energía y al transporte en todas sus modalidades. También expresé (por lo cual recibí infinidad de críticas) mi absoluta oposición al brutal encierro y aislación por la pandemia. Días antes que el gobierno la instale obligatoriamente, está claro.
Entonces y yendo al meollo de la cuestión. Creo necesario y fundamental redondear a que apunto con este modesto escrito. Realizar MI modesta propuesta antes de cualquier acto eleccionario. IGNORAR la habitual y repetida estrategia del miedo a que se apela cuando no hay gestión de parte del gobierno de turno o propuestas inteligentes y superadoras que está obligada a explicitar la oposición. IGNORAR los supuestos escenarios apocalípticos que pretenden instalarnos al borde del precipicio y que este acto fallido de votar a uno u a otro suponga el empujón final.
Los que peinamos canas, hemos transitado decenas de elecciones y nuestro país no para de retroceder. Así que no creo que debamos dejarnos llevar por las urgencias de “ellos” los políticos y pensar más en lo “nuestro” NOSOTROS.