Este es uno de los beneficios principales para cualquier tipo de inversores. Y es que las materias primas son tan variadas que permiten diversificar las carteras para disminuir el riesgo por la inflación, factores geopolíticos y otros aspectos importantes a nivel mundial.
Históricamente, los fondos que contienen materias primas como principales activos cuentan con una baja correlación con los movimientos del mercado accionario. Por este motivo, los inversores se motivan a invertir en esta clase de elementos.
Protección contra la inflación
La inflación es un problema común en todo el mundo. Por ejemplo, se estima que su incidencia a nivel global se puede situar por debajo del 3% en las economías más potentes. Sin embargo, puede superar el 10% en otros mercados.
En vista de que las materias primas suelen subir su valor producto de la inflación, se puede decir que son uno de los activos que, prácticamente, instan a invertir en ellos, al menos, como medida de protección.
Potencial del crecimiento financiero
Tal como ocurre con otros activos, las materias primas aumentan y bajan su valor de acuerdo a la oferta y la demanda. Pero, su estabilidad las hace ideales para obtener mayores ganancias a largo plazo.
Maneras de invertir en materias primas
Existen varias maneras en las que se puede invertir en materias primas. Algunas de las más comunes son las siguientes:
Contratos de futuros
Se trata de contratos a los que se puede acceder desde un
broker para comprar o vender el activo a un costo fijado para una fecha futura. A pesar de que se trata de un modelo de inversión complejo y apalancado, los inversionistas más experimentados los aprovechan para especular o cubrir los riesgos.
Compra directa
La compra directa se relaciona con la adquisición del producto de forma física. Por ejemplo, el oro es uno de los mayores protagonistas que cada vez ha tomado más peso en las carteras de los inversores. Debido a que su demanda ha estado creciendo en los últimos tiempos (y no solo por los bancos centrales), muchos expertos consideran que el desajuste entre la demanda y la oferta lo hacen ideal (y con perspectivas favorables).
Es importante destacar que, a pesar de ser una forma tradicional segura, comprar físicamente la materia prima implica costos de almacenamiento y seguridad. Además, para los inversionistas no genera ingresos pasivos.
Acciones empresariales
Esta es otra manera de invertir en las materias primas, aunque de forma indirecta. Para ello, los inversionistas deben invertir en las compañías que producen los elementos, como, por ejemplo, las mineras, petroleras o agrícolas.
Por supuesto, esto también conlleva cierto riesgo, ya que el rendimiento en general no depende solo de la materia prima en sí, sino también de la administración y situación financiera de la empresa que la produce y por la que se está invirtiendo. Por ejemplo, Exxon Mobil (petróleo), Barrick Gold (oro), etc.
CFD y derivados
Estas plataformas también permiten especular acerca de la dinámica de la materia prima en los mercados. En este caso, los CFD ofrecen una manera de invertir sin poseer el activo subyacente y, además, cuentan con apalancamiento. Suelen ser una opción destacada entre el público que gusta del trading activo y las transacciones a corto plazo.
Fondos de inversión
Los fondos de inversión son otra manera de invertir en materias primas sin necesidad de poseer físicamente el activo. En este caso, algunos modelos replican los índices de materias primas, mientras que otros invierten en contratos de futuros o acciones de las empresas que se relacionan con los activos.
La principal ventaja de los fondos de inversión es que tienen un menor riesgo operativo debido a que diversifican su cartera. Es decir, los inversionistas que quieren invertir en una materia prima específica no lo hacen directamente ni por un único sector.
En resumen, invertir en estos activos ofrece numerosas ventajas. Sin embargo, los inversionistas deben considerar la fluctuación de precios (aunque no sea muy volátil), la complejidad del sistema de inversión, los costos adicionales y otros factores capaces de impactar en la inversión. Por eso, es clave comprender cómo funciona el mercado y evaluar las vías para acceder a él.