En Virasoro sigue el conflicto laboral. Reclaman pago de sueldos y aguinaldo y denuncian un posible complot entre la firma y el sindicato.

La crisis de Forestal Tapebicuá, ubicada en la localidad de Gobernador Virasoro, sumó en las últimas horas un nuevo capítulo: los trabajadores suspendidos decidieron instalar un campamento frente al acceso principal de la planta para hacer visible y permanente su reclamo.
La medida fue adoptada ayer por la mañana, cuando los empleados suspendidos se concentraron en el ingreso de la maderera para reclamar el pago del salario de julio, que se abonó sólo en un 70%, y el medio aguinaldo de junio, que permanece adeudado.
La empresa, que depende de Celulosa Argentina, dispuso la paralización de la producción por 30 días. Los directivos argumentan que la crisis responde a la caída de compras en el sector de la construcción. Sin embargo, los trabajadores cuestionan esa versión y aseguran que la firma sigue produciendo y despachando cargamentos.
Según denunciaron César Gómez y Oscar Ramírez, representantes de los empleados, "salen entre 120 y 130 camiones cargados por mes. Si una empresa está en crisis, no estaría comprando insumos y produciendo al 100%". Por eso afirman que la suspensión masiva "no tiene sustento real" y sospechan de un "complot" entre la empresa y el sindicato.
"Queremos que el gremio defienda nuestros derechos y que la empresa pague lo que debe. No vamos a levantar el campamento hasta que haya una respuesta concreta", advirtieron.
Ramón Ramírez, con 25 años de antigüedad en la firma, remarcó: "Es la primera vez que vivimos algo así. Antes hubo problemas por las lluvias o por cortes de luz, pero esto es más grave. No pensábamos que íbamos a llegar a este punto".
La protesta busca evitar que la historia se repita: muchos comparan la situación actual con la crisis de 2001, cuando se produjeron despidos masivos. "Lo que queremos es seguir trabajando", insistió Ramírez.
En el campamento, los trabajadores organizan guardias y mantienen carteles y banderas visibles para quienes transitan por la ruta, como forma de mantener vivo el reclamo. También reciben el apoyo de familiares y vecinos que se acercan con alimentos y bebidas.
Mientras tanto, persiste la incertidumbre sobre el futuro de la planta. Los empleados señalan que la empresa estaría a la espera de un inversor que le permita regularizar su situación financiera, pero hasta ahora no hay confirmaciones oficiales.
La tensión crece a medida que pasan los días sin novedades. El campamento, instalado a metros del portón principal, se convirtió en el símbolo de una resistencia que combina necesidad y determinación. "No vamos a dejar que esto termine como en el 2001. Queremos respuestas y queremos soluciones", afirmaron.
Forestal Tapebicuá atraviesa una crisis que afecta a más de 520 empleados, de los cuales la mayoría están suspendidos sin goce de haberes por un mes. La medida comenzó a regir en julio y hasta el momento no hubo avances significativos en las negociaciones.
Campamento en el acceso a la forestal para sostener la protesta
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