Con motivo de la Navidad y en el marco de la clausura del Año Jubilar de la Esperanza, el Obispo de Goya, monseñor Adolfo Ramón Canecin, compartió la celebración de la misa con los internos, instándolos a renovar la fe y encontrar consuelo en el Niño Dios.


En un gesto que refuerza su compromiso pastoral, el obispo de Goya, monseñor Adolfo Ramón Canecín, visitó la Unidad Penal Nº 8 para celebrar la Navidad junto a las personas privadas de su libertad. La jornada, cargada de simbolismo por la Navidad, contó con la participación del asesor diocesano, presbítero Diego Alberto Villalba e integrantes de la Pastoral Carcelaria.
La relación de monseñor Canecín con esta unidad penal es profunda y de larga data: cabe recordar que su primera misa pública tras asumir en la diócesis fue, precisamente, en este centro penitenciario.
Durante la celebración, que reunió tanto a personal penitenciario como a internos condenados y procesados, el prelado mantuvo un diálogo directo y fraterno con los presentes.
En el inicio de su homilía, el Obispo fue contundente al invitarlos a una "actitud profunda de fe". Dirigiéndose especialmente a los privados de libertad, monseñor Adolfo Canecín subrayó que el encuentro personal con la fe trasciende los muros físicos:
"Al encontrarse con Jesucristo, como Él es la Verdad, logran una libertad interior que nada ni nadie les puede quitar", expresó el obispo.
Consciente del dolor que representa la ausencia de la familia en estas fechas, monseñor Canecín los alentó a superar el sufrimiento de la lejanía viviendo estos días "muy cerca del Niño Dios que nace en Belén".
Recordó que "Navidad es Jesús" y que esa presencia es la fuente de la verdadera alegría, incluso en contextos de encierro.-